Varada en la arena recibo con deleite la intensidad de un sol fulgurante y con gratitud a la ola oportuna que me baña en el instante justo en que mi calor debe ser sofocado.
-Las ballenas, tan amantes de los desafíos somos… que daríamos nuestra vida si la ocasión se nos presenta.
Varado en la arena el cubito y la pala del chiquillo que corre despavorido.
-Las ballenas, que tenemos los arrestos para jugar a nuestros juegos, brincamos de entusiasmo con el encargo y si aquel ron guatemalteco me puso sobre la pista de generosos vinos finos, confío en que “¡por mis barbas!” hallaré su procedencia.
Varada en la arena la colilla del que exclama: qué peaazo bischo!
-Las ballenas, sabemos leer lugares en los sueños y beber en los fuertes vientos los aromas contenidos.
Varada en la arena la mochila del fotógrafo.
-Las ballenas gustamos de ser reconocidas por nuestros logros y nos embriaga la multitud que aplaude. Es el espectáculo y es la recompensa.
Varadas en la arena las preguntas sin respuestas del gentío que contempla atónito la mole agonizante.
-Las ballenas, que dudamos si tenemos escamas, nos abandonamos con placer al último sorbo.
ANGIE